Be Aware significa literalmente en inglés “Ser consciente” y desde el Japonés “aware” quiere decir “La compasión hacia las cosas”, y se refiere a la apreciación sensible de un momento breve y efímero de la naturaleza. Nuestro nombre como consultora quiere representar y recordar en el aquí y ahora, lo maravilloso que es el sentido de lo humano, donde esta capacidad sorprendente se manifiesta constantemente en el mundo intrapsiquico de las personas, y que a su vez también existe en las relaciones que surgen diariamente entre los miembros colaboradores de una organización.
El darse cuenta es un fenómeno intrínsecamente organismico y nos permite acceder a estados de conciencia. Para esto se debe tomar contacto con lo obvio y real, a lo que esta ocurriendo en el presente, solo de esta manera se puede hacer consciente lo que necesitamos o faltaría como organismos para vivir autorreguladamente. Crecer, desarrollarnos sanamente, aprender a capacitarnos, trabajar sin trasgredirse, relacionarse con otros y existir en el mundo colaborativamente, son procesos que sin conciencia y compasión de nuestras necesidades, no podríamos satisfacerlas y tampoco lograríamos vivir orientados desde y hacia a un estado de equilibrio sustentable.
La esencia de aware sugiere la experiencia de conmoverse profundamente por emociones que pueden incluir alegría y amor, pero siempre teñidas de finitud y nostalgia. Qué mejor que los árboles de un cerezo para entender este concepto. El logotipo de Be Aware Consultores hace referencia a una flor del cerezo, con colores de sus pétalos representativos a Chile y la Gran Bretaña. Ser o no ser consciente puede ser también una decisión y actitud de vida, que si además lo manifestamos desde la compasión, estaremos viviendo en armonía con el mundo y seres humanos.
El ejemplo más citado de “mono no aware” en el Japón contemporáneo es el amor tradicional hacia las flores de cerezo, manifestado en los tumultos que salen cada año a contemplar y hacer picnics debajo de los sakuras, que son valorados por su transitoriedad. Usualmente las flores comienzan a caer después de una semana de haber brotado, y es precisamente la evanescencia de su belleza lo que evoca el sentimiento melancólico y alegre de “mono no aware” en el observador, evocando una gentil tristeza.
Si una persona no se disolviera, si no desapareciera como vapor, las cosas perderían su poder de conmovernos. Las actividades de capacitación y entrenamiento que realizamos como consultora buscan transformar y potenciar en los colaboradores su capacidad de tomar conciencia de lo que hacen diariamente en su puesto de trabajo. Esto lo realizamos con una metodología de aprendizaje a través de la experiencia, buscamos desarrollar y potenciar las competencias psicolaborales con sentido humano, con foco principal en las interacciones humanas diarias de los trabajadores y su calidad vida que acceden.
Lo más preciado en la vida es la incertidumbre. En la filosofía budista japonesa, contrario a lo que quería Platón y que nos permea, no existe la concepción de un reino estable sobre o detrás de la realidad. La realidad básica es entendida como impermanencia, allí reside su incomparable apreciación por la belleza. En lugar de ser causa de algún tipo de desesperación nihilista, el darse cuenta de la transitoriedad fundamental de la existencia es para los japoneses un llamado a la actividad vital en el momento presente, a la apreciación hipermatizada de las cosas y fenómenos del mundo.
Los japoneses veneran la flor del cerezo porque dicen que representa la belleza y fugacidad de la vida. De hecho, en la Sociedad Japonesa, los Sakura representan lo efímero de la vida humana, ya que las flores desaparecen en una o dos semanas y para ellos, es un símbolo del paso del tiempo, de la delicadeza de la naturaleza y el ser humano.
Como consultora asesoramos el desarrollo organizacional consciente de las empresas, buscamos generar un aware, un darse cuenta hacia a la sensibilidad o capacidad de sorprenderse o conmoverse, de sentir y conectar ante lo efímero de cada proceso que realizamos cotidianamente en el trabajo, generando amor a lo que hacemos, atendiendo a las formas y maneras de como hacemos nuestras labores, además de construir y tener un sentido coherente del para que hacemos lo que hacemos con nuestras funciones.
La capacidad de sentir compasión en y por la vida permite tener un autocuidado psicosocial, siendo un factor protector que ayuda a poder estar sano y ser productivo, sin influencia alguna de modelos económicos, sistemas políticos o de religiones. Es un sentimiento puramente humano que va más allá de lo superficial y se centra en algo más profundo, haciendo de la existencia mas plena y libre de ataduras.
Juan Antonio Varela Raby
Socio Director Be Aware Consultores
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